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Buda, el plato fuerte


ESVÁSTICA EN EL BUDISMO

Conocemos a la esvástica como un símbolo fundamentalmente nazi, pero en realidad es un ícono que está sobre la Tierra desde hace miles de años y fue inventado cuando afortunadamente todavía Hitler no cabía de ninguna forma en los planes de este mundo.

La esvástica nació en la Eurasia neolítica, conocida como cruz gamada, como una representación del sol, usada tanto en Asia como en la Europa precristiana y para budistas, jainistas y creyentes de Odín por igual era un signo del bienestar.

De hecho su nombre, en hindi, significa “fortuna”.

Más adelante la esvástica tuvo una caída desgraciada en manos del nacionalsocialismo, que la reinterpretó vinculándola a las raíces germánicas y la contrapuso a la Estrella de David, alegando que éste era un símbolo de la noche y la oscuridad

BUDA, EL PLATO FUERTE

Buda, el plato fuerte. Buda es la figura más compleja del Sudeste Asiático y casi que de las más complejas en el mundo si vamos a hacerle toda la justicia que merece. Tiene muchas formas y encarnaciones: Siddharta Gautama (Buda en su paso previo a la iluminación), el buda histórico Sakyamuni y Maitreya, el buda que va a volver a la Tierra cuando el dharma - enseñanzas budistas acerca del sufrimiento humano- sea olvidado.

En el Ganesh Purana, texto hindú dedicado a esta deidad, se nombra a Buda como un avatar o encarnación de Ganesh, que en la creencia hinduista es reverenciado como “el removedor de obstáculos”. Buda también existe en otras formas no terrenales como el Adi-Buda, el buda que trasciende el tiempo y el espacio y que hace referencia a una energía que existe desde antes de la formación del mundo, o el Amithaba, un buda que existe en otro universo, que es luz infinita y la mente de todos los budas. Otra cosa importante que tenemos que tener en cuenta al hablar de budismo es que no todos los budas son el Buda.

Buda significa aquel que está despierto, que ha roto con la existencia cíclica del sufrimiento humano, que está liberado. Siddharta Gautama es el último iluminado y el que llegó al Paranirvana, un estado de existencia sin muerte, el abandono del cuerpo en pos de la vida eterna: por eso es El buda.

Pero en el budismo hubieron algunos budas más, otros 27 exactamente, es decir, 27 iluminados más que son representados de forma bastante similar al Buda que conocemos, pero que en realidad fueron otras personas, con nombres diferentes, que llegaron a la iluminación igual que Siddharta. Maitreya, el buda futuro del, se cree en la escatología budista que será el buda número 28. 

Algunos budas, también llamados bodhisattvas, son Bhaisajyaguru, el buda de la medicina que generalmente aparece representado en color azul, Padmuttara, un monje contemporáneo de Siddharta Gautama que se dice que vivió
diez mil años, Dipankara, un monje que alcanzó la iluminación muchísimo tiempo antes que Gautama, y Kakusandha, un monje que después de llegar a la iluminación dejó el mundo material teniendo cuatro mil años de edad.

Casi siempre vemos estatuas de Buda en diferentes posiciones y haciendo variados gestos con las manos. Estos gesto sagrados se llaman mudars y se utilizan durante la meditación; cada uno de ellos tiene un significado y una forma de encauzar la energía que sirve a los diferentes objetivos que se busquen alcanzar mediante la meditación.

Meditar teniendo en cuenta los diferentes mudras ayuda, por ejemplo, a la disipación del miedo, a la concentración, la auto-sanación y remoción de obstáculos o sentimientos negativos. Por otro lado, las posiciones en las que podemos ver a Buda también tienen sus significados.

El Buda reclinado hace referencia al último período de su vida, antes de entrar en el Paranirvana o el estado de existencia sin muerte. El Buda que camina con una mano levantada, posición llamada Phra Lee Laa en tailandés, representa el momento en que Buda vuelve a la Tierra después de enselar el dharmaen el Cielo. El Buda contemplativo, parado frontalmente y con las manos cruzadas sobre su pecho, indica determinación y entendimiento paciente.

El buda sentado con sus piernas cruzadas, la mano izquierda sobre el regazo con la palma apuntando hacia arriba y la mano derecha apuntando hacia abajo, representa el momento en que Buda vence a Maya, el demonio de la ilusión del mundo material, durante su legendaria meditación de 40 días que lo conduce a la iluminación. Todo esto, un poco resumido y a grandes rasgos, es una parte indivisible de la retórica visual de Tailandia.

El budismo es como una cebolla con muchas capas, muchas interpretaciones y reinterpretaciones, y trae consigo todo un sistema filosófico y una forma diferente de ver la realidad en todos sus planos.

Si te interesó este post y te quedaste con ganas de investigar más, felicitaciones: estás por entrar en uno de los reinos más mágicos de la historia del pensamiento humano.

 

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