No hay muchos boxeadores que hayan marcado historia como lo ha hecho Sandor Martín: ganador de varios títulos nacionales e internacionales, ha sido capaz de vencer a la leyenda Mikey García, ex campeón en cuatro pesos diferentes, en su propia tierra.
Después de una pelea épica con todo en contra: fuera de casa, con público local y árbitros americanos, pudo ganar con una solvencia propia de un auténtico campeón. Y es que, a pesar de que Mikey intentó llevar siempre la iniciativa, Sandor fue en todo momento una roca, muy escurridizo y resistente.
Sin duda alguna la victoria de Sandor se debe a una convergencia de tres factores fundamentales: trabajo en equipo, técnica y unos férreos valores heredados de su propio padre, capaces de hacer de un hombre una leyenda.
“Lo tienes ganado”, le decía Rafa Martín a falta de un asalto. Y así fue. Rafa Martín, además de ser su padre y su entrenador, es una de las figuras del deporte de contacto más importantes del siglo pasado.
Criado con mucho amor, pero con mucha disciplina (en palabras de su padre), ha heredado el carácter combativo de este. Si a eso le sumamos la bravura innata de Sandor, su inteligencia y la experiencia que aporta a su lucha Rafa Martín, tenemos una combinación explosiva que ya vemos hasta donde está llegando.
Y es que, pocas veces el boxeo español ha triunfado en Estados Unidos (cuanto menos aún ante la talla de un rival como García). Y Sandor Martín lo ha logrado: su carrera comienza ahora a escalar posiciones para disputar algún día el título mundial. Barcelonés de nacimiento, firmó el mejor combate de su vida, y aunque no había ningún título en juego, siempre tendrá los puntos de una victoria enorme y el prestigio de triunfar al otro lado del Atlántico.
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